1.2.3. Cribado de candidatos

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Tras la identificación y estudio pormenorizado de la diana que juega un papel clave en la progresión de la enfermedad, se pasa a una segunda etapa basada en el cribado o selección de los futuros fármacos que actuarán sobre ese receptor. Este enfoque es el responsable del descubrimiento de la gran mayoría de los medicamentos comercializados en la actualidad.

En esta etapa, los científicos pueden tener ya una idea aproximada de la clase de compuestos que podrían unirse adecuadamente o no al blanco biológico, reduciendo así el número de ellos que partirán en el cribado inicial. Este número también se verá disminuido por el empleo de sofware especializado y bibliotecas virtuales que contengan amplia información acerca de los mismos.
Posteriormente, en el cribado llevado a cabo en el laboratorio se emplean equipos automatizados con placas multipocillos (que contienen la diana biológica), en las que se evaluará en un período relativamente corto de tiempo la acción de los distintos candidatos objetos a examen.

En principio, se puede llegar a pensar que cuanto mejor sea la unión complejo farmacológico-receptor, mejor será el resultado obtenido pero no siempre es el caso. Conocer el mecanismo de progresión de una enfermedad y el papel de todas sus dianas se hace casi imposible, por lo que los investigadores han desarrollado una aproximación alternativa al problema, denominada acercamiento fenotípico. Este método emplea un modelo vivo[1] de la enfermedad donde los científicos investigan si, de algún modo, el candidato ha sido capaz de reducir o eliminar los signos de la enfermedad desconociendo los blancos biológicos y sus mecanismos de acción.
La principal ventaja de este enfoque es su mayor potencial para descubrir compuestos farmacológicos de primera categoría. Su inconveniente es que al desconocer el receptor sobre el que actúan se hace más difícil realizar modificaciones químicas sobre dichos compuestos, con lo que también se desconocería cómo estos cambios afectarían a la unión con el blanco terapéutico.

Existe, en cambio, un nuevo tipo de complejos conocidos como biológicos que, en lugar de ser producidos en un laboratorio químico, proceden de sistemas vivos. La mayoría de ellos no se van a adherir a ningún receptor sino que son copias de moléculas existentes en nuestro organismo.
Por ejemplo, la insulina[2] se ha generado mediante ingeniería genética al introducirse en el DNA de colonias bacterianas. Estas colonias al crecer y multiplicarse leen el código genético humano insertado y producen la insulina.
Algunos de estos fármacos biológicos también pueden actuar sobre receptores, diseñándose a la medida anticuerpos y proteínas que se adhieran o interfieran en aquellos elementos causantes de enfermedades en las células.




[1] Estos modelos vivos son células, tejidos celulares o incluso ratones desarrollados para modelizar enfermedades humanas.
[2] Hormona formada por 51 aminoácidos, producida y secretada por las células beta de los islotes de Langerhans del páncreas. Se encarga de la regulación de los niveles de glucosa en sangre.

Fuente: UTAustinX: UT.4.01x Take Your Medicine - The Impact of Drug Development.


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